miércoles, 23 de noviembre de 2016

CONDUCCIÓN INVERNAL Y SUPERVIVENCIA... PRIMERA PARTE

CONDUCCIÓN INVERNAL Y SUPERVIVENCIA...
( EN CASO DE VERNOS ATRAPADOS EN NUESTRO VEHÍCULO)
PRIMERA PARTE

(publicado originalmente en el foro Todo Supervivencia el Lun 10 Dic 2012)

 Se acerca el invierno... (no, no vamos a hablar de Juego de Tronos) Así que no es mal momento para empezar a recordar esta cuestión vital que en no pocas ocasiones se produce por estas fechas y que en más de una ocasión a causado y causará la muerte de personas. Recuerdo en especial la noticia de la muerte de un conductor hace unos años que falleció al sufrir una avería en su vehículo en invierno y que se dirigía de noche de Zamora a Salamanca. No había ni nieve, pero las bajas temperaturas y la imposibilidad de pedir ayuda motivaron el fatal desenlace al quedar este varias horas sin calefacción ni abrigo adecuado. Así que vamos a ello para tratar de saber como actuar de llegar a vernos en esas situaciones (uso de vehículos en duras condiciones invernales), y como acostumbro aparte de haberme documento para ello habrá aportes propios de mi propia experiencia ya que en este caso algo puedo aportar dados los muchos años que llevo trabajando como profesional en la carretera (De lo que es la conducción en condiciones "normales" es probable que me ocupe en otra ocasión). 

 Antes de conducir en condiciones meteorológicas adversas, todos los conductores deberían hacerse la siguiente pregunta: ¿Es realmente necesario conducir? . En la mayoría de los casos el viaje se puede anticipar, o bien, posponer para evitar las inclemencias del tiempo. Generalmente los conductores no planifican sus viajes y simplemente se suben en sus vehículos, arrancan sus motores y comienzan a circular por calles y carreteras sin conocimiento alguno de si han sido cortadas por las circunstancias meteorológicas o ignorando los consejos y recomendaciones de la Dirección General de Tráfico. Una vez inmersos en complicaciones meteorológicas es muy difícil mantener el control del vehículo y no es nada extraño acabar en situaciones como esta donde este mismo año 2013 hubo que rescatar a un matrimonio que permaneció atrapado 30 horas en su coche a causa de la nieve Por este motivo, debemos plantearnos si es inevitable conducir y, de serlo, reviste una importancia vital conocer el parte meteorológico y los avisos de la DGT. Para consultar el estado de las carreteras y las recomendaciones que la DGT nos brinda, nada más sencillo que consultar su página web:  http://www.dgt.es  o bien, a través del teléfono: 011 (en vigor desde el 2011, el antiguo número de información sobre tráfico y auxilio en carretera era 900 123 505). Debemos tener en cuenta que en determinadas situaciones estaremos obligados a circular con cadenas o neumáticos de invierno, pudiendo incluso ser sancionados si en esas situaciones nos adentramos en esas vías sin dicho equipamiento . Y ni que decir que unos neumáticos en perfecto estado se tornan imprescindibles en estas situaciones... 

 Y al respecto de los neumáticos de invierno aclarar que no sólo es una cuestión del tipo de dibujo que lleven. Frente al neumático convencional, los de invierno están especialmente diseñados para rodar en condiciones de extrema dureza, bajas temperaturas, y carreteras con nieve. Para ello presentan diferencias principalmente en la banda de rodadura, incorporando un mayor número de aristas, así como laminillas autoblocantes, capaces de aumentar la adherencia en condiciones extremas. Igualmente los compuestos de goma que se emplean en su fabricación también son diferentes, y de mayor adherencia respecto al neumático de verano ya que estos pierden eficacia a temperaturas de menos de 7°C. Los neumáticos de invierno cuentan con una mayor profundidad en el dibujo, en torno a dos milímetros mas. Por ello deben ser sustituidos cuando su dibujo sea inferior a los cuatro milímetros, pudiendo gastar el resto de dibujo fuera de temporada. 



 En el supuesto de que no tengamos más remedio que realizar el viaje, "seamos sorprendidos" y nos veamos envueltos en una situación de este tipo, antes de comenzar con la aplicación de las técnicas de conducción y rescate, deberíamos saber que tipos de nieve podemos encontrar, pues sus diferentes conformaciones y temperaturas van a condicionar la conducción. La nieve fresca es la recién caída, es "seca", de muy baja densidad, no se apelmaza, por lo que resulta muy cómoda para circular. Toda la nieve fresca es nieve en polvo, puesto que aún no se ha compactado y no existe apenas cohesión entre los copos. Cuando aún no ha sido pisada la llamamos también nieve virgen y es que cuando ya ha sido pisada está compactada (la que solemos encontrar en carreteras o pistas ya transitadas) y es cuando las cosas se comienzan a complicar. Con nieves poco densas y secas, la tracción no es complicada y apenas se apelmaza en los bajos, por lo que el circular no es excesívamente complicado. Otros tipos de nieve que pueden complicar la situación son las que contienen gran cantidad de agua atrapada en ella, como es el caso de la nieve húmeda y primavera, estas son muy pesadas y apelmazadas, impidiendo el avance del vehículo. Existe otro tipo de nieve que podemos encontrar al atardecer, cuando la capa más superficial se hiela sobre nieve más blanda, lo que los esquiadores llaman costra. Circulando por pistas con árboles debemos andar con cuidado, pues la nieve que va cayendo de las ramas se acumula. Si es una pista poco transitada, puede tratarse de un simple aumento del espesor de la nieve, pero si existen roderas debemos estar atentos porque puede haberse compactado a base de pisarla hasta presentar una dureza y adherencia similar al hielo, siendo de hecho en estas ocasiones más seguro circular por las zonas no pisadas de la calzada si aún las hay. Pero lo más peligroso es cuando la nieve se ha deshelado y vuelto a congelar y se forma la llamada nieve helada o nieve hielo: los copos se han unido entre ellos y resulta dura y deslizante. Esto no lleva a otra cuestión, debemos evitar circular sobre hielo a toda costa, su nulo índice de adherencia nos obligará a extremar las precauciones y aún así siempre correremos el riesgo de perder el control del vehículo, hay que tener en cuenta que circular sobre hielo para el neumático supone en la práctica el circular sobre una superficie de miles de "bolitas" diminutas de gran dureza que impiden prácticamente todo tipo de adherencia del neumático. Sobre la nieve no congelada estas bolitas sufren un aplastamiento por el peso del vehículo que nos permite mantener cierto control del vehículo si empleamos una técnica adecuada.

¿En qué consiste esta técnica, dónde está su fundamento? En la suavidad y la anticipación , algo que en general se debe realizar en cualquier tipo de conducción pero que en el caso que nos ocupa resulta totalmente imprescindible. Para la anticipación es fundamental el correcto uso de la vista, algo que por increíble que parezca la mayoría de los conductores no realizan correctamente, para que se comprenda mejor esto he encontrado este vídeo que os lo aclarará y que me ahorrará un montón de explicaciones



 Como norma general sobre la nieve conduciremos con especial tacto de forma suave y progresiva, evitando las acciones bruscas y en el último momento, intentando prever cual es el lado más seguro de la vía para circular. Aquí no son aconsejables las trazadas rápidas, sino las seguras. Intentaremos no aplicar los frenos en las bajadas, reteniendo el coche con el motor, Si hay que usar el pedal de freno lo haremos con delicadeza y anticipación. Circularemos en una marcha larga, en la zona baja de par motor, pues si pisamos una pequeña placa de hielo o nieve compacta podemos llevarnos un susto si el motor sube de golpe de revoluciones al patinar. Una excepción en la que si debemos dar un "golpe de acelerador" es en el caso que el coche no mantenga la trayectoria que queremos y con suaves correcciones de volante no responde, entonces probaremos con un pequeño y decidido acelerón para ayudar a reconducir la situación. En cuanto el coche haga el gesto de "obedecer" tenemos que volver a llevarlo con mucha suavidad. Tampoco haremos uso del embrague más que para cambiar de marcha, y si es en pendiente, rápido y con "punta de freno" (pisando ligeramente el freno con la punta del pie, con los dedos de este en vez de la zona plantar, conseguimos una mayor control de la fuerza y suavidad al frenar). Ya deberíamos saber que cuando pisamos el "pedal maldito" en superficie deslizante perderemos el control. Por supuesto siempre en estas condiciones mantendremos una velocidad muy reducida, circular a 80 km/h, por ejemplo, y situarse sobre una placa de hielo, supone que el vehículo tenderá a conservar su estado inicial de movimiento (Newton: Ley de Inercia), es decir, conservará su velocidad y su trayectoria. Intentar disminuir la velocidad o corregir la trayectoria es tarea casi imposible porque el agarre con el pavimento se ha visto muy reducido. Si tuviéramos que detener el vehículo necesitaríamos, aproximadamente, más de 500 metros para poder hacerlo, espacio que muy probablemente no tengamos en la carretera (y sin tener en cuenta la variación de trayectoria del vehículo que con toda seguridad haría que chocáramos con algo) .



 Un truco para avanzar en nieve virgen si no llevamos cadenas es desinflar algo los neumáticos, pero con estas es mejor lo contrario, que estén un poco por encima de su presión nominal. Cuidado si pretendemos dejar la calzada con nieve, esta puede esconder de todo, desde obstáculos a arcenes profundos. Y a los cambios de brillo de la nieve para detectar la presencia de hielo, un tono más opaco puede indicar su presencia. Leer el suelo requiere de atención y experiencia, si notamos algo raro lo mejor es detener el coche, bajar de este y reconocer el terreno a pié para asegurarnos de que no hay hielo. Si vemos que es una placa y no es toda la calzada la que está helada, podemos plantearnos la posibilidad de cruzarla sin más, en caso de ser de poca extensión y tomando un poco de inercia apuntando previamente, pues no vamos a poder dirigir el coche y cualquier desnivel lo desviará (esto último es importantísimo), o bien podemos intentar aumentar la adherencia rompiéndolo con una herramienta, o incluso echándole nieve por encima con una pala. En caso de que nos sorprenda el hielo, evitemos una vez más brusquedades a los mandos y con mucho cuidado salgamos de la placa y vayamos a un lugar seguro. Es mejor quedar encajado en un talud de nieve que caer por un terraplén, vigilemos siempre las zonas umbrías donde no da el sol en la carretera, zonas húmedas como riberas (la simple humedad de la proximidad de un río puede hacer que se congele la calzada) y el paso por puentes y túneles, teniendo especial precaución y reduciendo la velocidad a su paso en los primeros y a la salida de los últimos, es frecuente que a la salida de los túneles se acumule la nieve en la calzada y que por contra no la encontremos apenas, o incluso no la haya a su entrada.

Y de momento esto es todo, en el próximo trabajo nos ocuparemos del equipamiento previo, el "rescate", y la supervivencia si nos vemos atrapados... 

Saludos.

A LA SEGUNDA PARTE:
BIBLIOGRAFIA: 
http://www.cnae.com/ 
http://es.wikipedia.org/ 
Revista Mundo 4x4

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